No sé, creo que no pero la gente tiende a creerle a los marketineros. ¿Qué especie rara esa, no? Yo tuve marketing en mi facultad y me pareció que todas las cuestiones de una empresa se trataban de un modo excesivamente trivial. Perdón, trivial no es la palabra qué buscaba, es más bien pedorra. Sí, definitivamente pedorra, quizás es una impresión errada porque él profesor de turno que daba la cátedra no seleccionaba los textos más adecuados o porque soy un forro que no se sabe rendir ante la nueva ciencia que dominará al mundo en breve. De cualquier manera, también pienso dejar la puerta abierta a la alocada hipótesis de que el marketing es mayoritariamente una huevada. Me generan desconfianza las personas que viven bajo premisas como por ejemplo “Las 10 máximas del marketing” y piensan que a la hora de poner una parrilla es más importante el nombre de la misma antes que la calidad de la tira de asado.
Muchos engendros de esta nueva raza tienden a crear una especie de religión alrededor de su profesión y creen con una fe impresionante que cada vez que pronuncian una frase están descubriendo una verdad que hasta entonces permanecía oculta para el joven emprendedor, que pobrecito pensaba que para triunfar en una parrilla había que conseguir un buen parrillero. ¡Tranquilo, señor, no desespere el problema de su empresa es el nombre! Ah, me olvidaba y por supuesto el logo. ¿No me irá a decir usted que no sabía que sin un logo que de identidad no se puede triunfar?
Como toda buena sagrada escritura hay verdades que son grandilocuentes e imposibles de refutar. Hay un mandamiento espectacular que es algo así como las 5 P del marketing (Place, position y no sé qué mierda más), la cuestión es que me he cruzado a más de un profeta que cuando la dice siente que acaba de hacer ciento veinte jueguitos seguidos con una pelota de fútbol. Si lo dice en inglés, por supuesto, siente que hizo esa misma cantidad de jueguitos pero con una pelota de golf. Así que ya saben mis queridos amigos ante todo mucho respeto para esta ciencia que revolucionará el futuro y es aplicable a todo ámbito laboral. Yo por lo pronto como soy un creyente sin fe titulé mi blog el nombreeslomasimportante, espero sea de su agrado, igual me comentó un especialista en marketing que me falta una identidad definida…
Muchos engendros de esta nueva raza tienden a crear una especie de religión alrededor de su profesión y creen con una fe impresionante que cada vez que pronuncian una frase están descubriendo una verdad que hasta entonces permanecía oculta para el joven emprendedor, que pobrecito pensaba que para triunfar en una parrilla había que conseguir un buen parrillero. ¡Tranquilo, señor, no desespere el problema de su empresa es el nombre! Ah, me olvidaba y por supuesto el logo. ¿No me irá a decir usted que no sabía que sin un logo que de identidad no se puede triunfar?
Como toda buena sagrada escritura hay verdades que son grandilocuentes e imposibles de refutar. Hay un mandamiento espectacular que es algo así como las 5 P del marketing (Place, position y no sé qué mierda más), la cuestión es que me he cruzado a más de un profeta que cuando la dice siente que acaba de hacer ciento veinte jueguitos seguidos con una pelota de fútbol. Si lo dice en inglés, por supuesto, siente que hizo esa misma cantidad de jueguitos pero con una pelota de golf. Así que ya saben mis queridos amigos ante todo mucho respeto para esta ciencia que revolucionará el futuro y es aplicable a todo ámbito laboral. Yo por lo pronto como soy un creyente sin fe titulé mi blog el nombreeslomasimportante, espero sea de su agrado, igual me comentó un especialista en marketing que me falta una identidad definida…