miércoles, 28 de abril de 2010

De otra cosa

“Cosa” es una palabra vacía de contenido que suele usarse para rellenar un espacio en un diálogo o para suplir la ignorancia de la palabra adecuada. “¿Cómo se llama esa cosa para prender la luz? Interruptor, señor, interruptor”. A los hombres nos pasa mucho con los productos femeninos. “Sí papá en 30 minutos estoy por allá, banca que mi novia se está poniendo maquillaje y todas esas cosas que hacen las mujeres”. Nuevamente, un ejemplo que retrata a la perfección la utilización de cosa por falta de la verdad revelada. Por eso, me parece que no hay mejor palabra para explicar lo que viene pasando desde hace bastante con el deporte argentino.
En noviembre del 2008, Argentina disputó por primera y única vez en la historia una final de Copa Davis en condición de local y de favorita. La ausencia del entonces número 1 del mundo Rafael Nadal, generó que muchos argentinos y periodistas deportivos previeran que la serie final sería un trámite. España ganó 3 a 1 la serie y anda a cantarle a Gardel. A la hora de analizar los motivos de la derrota, la gran mayoría del periodismo decidió destacar los siguientes: la disputa política-económica entre Mar del Plata y Córdoba por ser los anfitriones, las peleas de dinero y cártel entre David y Delpo, las disputas internas del grupo, etc. Pocos fueron los que destacaron las excelentes actuaciones de los brillantes jugadores españoles que además se encontraban en total estado de gracia. Poco se habló de tenis. Quizás porque era imposible pensar qué nuestros jugadores pudiesen perder un partido. Eso fue lo que nos hicieron creer. En la cancha de tenis no se perdió, se perdió en otras cosas.
En el 2002, la selección Argentina de fútbol llegaba como candidata al mundial. El final fue a casita en primera vuelta. En ese entonces se intentó hablar un poquito más de fútbol, de decisiones tácticas erróneas como la pregunta jamás develada ¿Pueden Crespo y Batistuta jugar juntos? El loco Bielsa es el responsable directo de qué no sepamos esa respuesta. De cualquier modo, abundaron las “otras razones”: Verón había ido a menos porque estaba jugando en el Manchester United y el grupo estaba dividido por los irreconciliables bandos Sorín-Verón. Nuevamente un sector del periodismo y de la afición argentina no podía tolerar que la selección candidata pierda un partido, simplemente por haber sido superada en juego por los adversarios. Quizás porque todavía quedaban dos semanas y media de mundial y había que seguir llenando la sección de deportes.
El 2010 viene cargadito, la selección argentina tendrá entre sus jugadores al mejor del mundo y a mucho otros de ese grupo de elite denominados “cracs”. En el banco estará el Dios del fútbol argentino y como manager estará el técnico argentino más exitoso en copas del mundo. Si argentina sale campeón va a ser la consecuencia lógica de contar con los mejores del mundo en el deporte del balón pie. Hablaremos de las gambetas de Messi, de la capacidad goleadora de nuestros delanteros, de la sólida defensa, de la gran motivación que generó Diego, etc. Si Argentina es eliminada antes de las semifinales presiento que un importante sector de la prensa hará hincapié en cuestiones muy desagradables. Se contarán internas del plantel, peleas entre integrantes del cuerpo técnico, jugadores, directivos, etc. No faltarán los que cruzarán la raya de la vida privada y divulgaran información acerca de problemas personales. Creo que Diego es consciente y sabe que si pierde en primera rueda, muchos mencionarán sus adicciones como causa principal. Ya sabe Diego que cuando el viento no sopla a favor se empieza a hablar de que no entrena a la mañana porque no puede salir de la cama. Antes del mundial es un buen momento para que intentemos cambiar el plan y seamos conscientes de que en un posible escenario de derrota hay principalmente razones futbolísticas. Para que en el momento del mundial podamos hablar, escribir, postear y debatir de fútbol. No como este post que habla de otra cosa.

1 comentario:

  1. Nunca entendí como pueden hablar durante toda una semana cientos de horas de TV pretendiendo explicar científicamente un puto partido de fútbol q podría haber ganado cualquiera. Ni que decir de los que los miran.
    Abrazo

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